Todos estamos invitados (2008)
24/04/2008
Director
Manuel Gutiérrez Aragón
Año: 2008
Guión:
Manuel Gutiérrez Aragón, Ángeles González Sinde
Música:
Ángel Illarramendi
Fotografía:
Gonzalo Berridi
Título original: Todos estamos invitados
Intérpretes:
Referencias externas cineastas:
Werner Herzog
Referencias externas películas:
Orfeo negro
Director
Manuel Gutiérrez Aragón
Manuel Gutiérrez Aragón
Año: 2008 Guión: Manuel Gutiérrez Aragón, Ángeles González Sinde Música: Ángel Illarramendi Fotografía: Gonzalo Berridi Título original: Todos estamos invitados
Intérpretes:
Referencias externas cineastas:
Werner Herzog
Referencias externas películas: Orfeo negro
En "Todos estamos invitados" estrenada hace unos días en el Festival de Málaga (abril 2oo8), Manuel Gutiérrez Aragón ha tenido el valor de enfrentarse a un tema poco tratado en nuestro cine: la situación en el País Vasco. ¿Ha valido la pena el esfuerzo?. Lo digo en el sentido de que aportara algo nuevo o definitivo sobre el tema (como aquel artículo de R.Sánchez Ferlosio en "El País" hace ya un montón de años) porque nuevo lo que se dice nuevo (enfoque, punto de vista, etc.) no he visto yo en la película que no haya leído en los periódicos cada día (Savater, Elorza, etc.) o visto en la televisión a todas horas.
El director, según dice, quería hacer una película "realista" pero como él mismo reconoce ni su carácter ni su estilo lo son sino más bien tirando a "metafóricos y ambiguos" y esto sin querer aflora con lo cual nos quedamos como estábamos antes de verla salvo eso sí la belleza de algunas imágenes como las de la vistosa "tamborrada" o los paisajes idílicos de pronto roturados por las autopistas atestadas de camiones en pleno conflicto con los agricultores franceses. La fotografia de Gonzalo Berridi es estupenda y la planificación y los encuadres también lo son pero... el espectador espera algo más, la verdad.
Los actores están todos convincentes como esa Iñake Irastorza que interpreta a la "madre sufridora" del protagonista, !cuántas mujeres como esa se ven por las calles de las ciudades vascas reconcomidas por la delirante esquizofrenia de la situación!. José Coronado saca adelante con dignidad al personaje, un profesor universitario amenazado por los etarras pero ¿por qué no un actor vasco?. Tal vez ninguno se atrevió, así están las cosas.
Todos están muy bien ya digo sobre todo el protagonista Óscar Jaenada que una vez más da todo con entrega y entusiasmo. El personaje está basado en un etarra real ya muerto hace años y no lo tenía nada fácil pues ¿cómo inspirar ternura o alguna suerte de empatía en el espectador un asesino descerebrado?.No era fácil, no, pero yo creo que logra salir airoso del empeño.
Al director le viene muy bien la desmemoria del personaje para decir lo que quiere decir pero ¿lo consigue?; ahí está la cuestión como tantas veces en el cine español: buenísimas intenciones pero pocos logros. A mi modesto modo de ver la película no aporta absolutamente nada relevante por más que sea digna y llena como digo de buenas intenciones. Te quedas con las bellas y suculentas escenas del mercado, de las barras de los bares (humm...!un sueño!) y las surtidas mesas de las sociedades gastronómicas en las que a veces se gestan los asesinatos y el vistoso desfile muy eficazmente rodado (como en "Orfeo Negro" el Carnaval brasileño). O sea lo folklórico si me apuras.
Ningún análisis serio sobre el porqué del miedo que trata de reflejar la película, sobre la falta de libertad, sobre la entronización de la muerte como arbitraria y descerebrada solución de una sociedad paralizada que vive anclada en los valores de la tribu o sea del neolitico como si Grecia y Roma con sus extraordinarias aportaciones intelectuales y organizativas no hubiesen existido jamás. Ya digo la película nos cuenta poco más que los informativos, eso sí más bonito y mejor contado.
Da mucha pena porque estamos necesitando con urgencia películas valientes que afronten con eficacia los temas que nos preocupan pero enfín, seguiremos esperando aunque claro aún estamos esperando que nuestros artístas nos cuente como es debido la gran y monumental epopeya americana que tan magníficamente nos narró el director alemán W.Herzorg de modo que esperanzas pocas pero....¿quién sabe?.
